Doña Rosita:
Muy buenas. ¿Cómo están? Bienvenidos. Sigan, por favor, a la escuela agroecológica.
Gabriela Romero:
¿Cómo es vivir del campo en el centro de una ciudad con 9 millones de habitantes, llena de rutinas y ruidos, de sirenas que van y vienen durante el día y la noche? Una ciudad que nunca se detiene pero que está llena de espacios para quienes son apasionados por la naturaleza y la agricultura sostenible, que con esfuerzo y dedicación han construido un ejemplo alrededor del cuidado del medio ambiente y el uso sostenible de nuestros recursos.
Intro pódcast:
Bienvenidos a Bitácora, un podcast que te cuenta la hoja de ruta que está construyendo Colombia. Aquí, podrás conocer los diferentes temas con los que se está pensando el país para que se convierta en una potencia mundial de la vida con más justicia social, económica y ambiental.
Gabriela Romero:
Desde un mirador envidiable en el segundo piso de su casa, construida completamente en madera, Doña Rosita ve en Bogotá una oportunidad de unir el campo con la ciudad y nos cuenta cómo se ha convertido en un referente para otros campesinos que hacen parte de los millones de colombianos que sostienen la economía popular. Doña Rosita, oriunda de Boyacá, de espíritu emprendedor y compromiso con el medio ambiente, desde muy pequeña, decidió hace más de una década convertir su finca en un modelo de producción agroecológica.
Doña Rosita:
Con la única forma de alimentarnos bien. Tener asegurada la alimentación en Bogotá o en las ciudades es traerse el campo a la ciudad y ponerlo al servicio de mucha gente, trayéndolas semillas criollas y sembrando todos los días para obtener suficientes alimentos para no es nutrientes.
Gabriela Romero:
Mientras le daba de comer a sus gallinas y conejos, nos cuenta cómo ha implementado el compostaje y el reciclaje, convirtiendo los desechos orgánicos en abono nutritivo para sus cultivos, con un enfoque en la conservación de la biodiversidad y el respeto por los ciclos naturales.
Doña Rosita:
Solamente en el planeta Tierra hay 0.25% de agua apta para el consumo humano. Nosotros cuidamos el agua. Entonces nosotros tenemos acá un pozo seco del cual sacamos tierra fértil para sembrar. O sea, es un baño ecológico.
Gabriela Romero:
Su granja, ubicada en el barrio La Perseverancia, ha abierto las puertas a estudiantes voluntarios y visitantes, brindándoles la oportunidad de aprender sobre la importancia de la agricultura sostenible y el cuidado del medio ambiente.
Doña Rosita:
Bueno, nosotros capacitamos, formamos e informamos a toda la población que desee sobre temas ambientales, ecológicos y alimentarios.
Gabriela Romero:
La finca agroecológica de doña Rosita es un testimonio vivo de que es posible cultivar de forma responsable y respetuosa con la naturaleza, sin comprometer la calidad ni el sabor de los alimentos. Es un faro de esperanza para aquellos que sueñan con un futuro más verde y sostenible a través de la economía popular. Por eso hoy nos acompaña María Olga Peña, subdirectora técnica de la Dirección de Desarrollo Rural Sostenible del DNP, quien nos explicó cómo la labor de Rosita está contemplada en el Plan Nacional de Desarrollo.
Bienvenida, María Olga.
María Olga Peña:
Hola, mil gracias por la invitación. Labores como la de Doña Rosita son claves para lograr lo establecido en la transformación productiva, internalización y acción climática en la cual se plantean nuevos modelos de producción sostenible y regenerativos en agricultura y ganadería que aumentan la productividad del suelo y reducen la degradación ambiental y aumentan la resiliencia climática. Además, la labor de doña Rosita tiene mucho impacto en la transformación de derecho humano a la alimentación, porque hoy buscamos que exista una oferta suficiente y sostenible de alimentos que se pueda acceder a ellos y, por supuesto, que estos productos garanticen una dieta completa, equilibrada, adecuada, diversificada e inocua para el desarrollo físico, mental, social, cultural de todos los colombianos.
Gabriela Romero:
Bueno, María Olga, y cuéntanos que ofrece el Plan Nacional de Desarrollo para la Población Campesina en la ciudad como lo es doña Rosita.
María Olga Peña:
Hay dos programas principales. El primero es que a través del plan se impulsarán iniciativas como el Reza. Es un programa del Departamento de Prosperidad Social, el cual busca mejorar el acceso y el consumo de los alimentos mediante la producción de los mismos para el autoconsumo, en lo que nosotros llamaríamos una huerta y busca también promover hábitos alimentarios saludables y el uso de alimentos y productos locales.
Este programa, entre otras cosas, les da insumos a los beneficiarios para el montaje de las huertas y elementos que faciliten estilos de vida saludables, como tanques de almacenamiento de agua o filtros purificadores. Por otro lado, está la estrategia campesina en la cual se crearán mecanismos de caracterización o autorreconocimiento. Atención diferencial integral incluyente para los campesinos. Se reconocerán y certificará en los conocimientos, los aprendizajes, habilidades y destrezas adquiridos a lo largo de la vida campesina y se ofrecerá información pertinente y flexible.
Se estimulará emprendimientos productivos y se adoptará una línea de formación continua y especializada para el fomento de la economía campesina y las organizaciones que la integran.
Gabriela Romero:
Para seguir encaminados con la planeación que se tiene estipulada sobre este tema. ¿Cuál es la ruta que tiene el Plan Nacional de Desarrollo para fortalecer la relación que hay entre el campo y la ciudad?
María Olga Peña:
Desde el Plan Nacional de Desarrollo estaremos impulsando modelos de desarrollo supramunicipal que aprovechen las economías de escala y su vocación productiva para reducir las brechas regionales y la segregación socio espacial y socioeconómica. En ese sentido, se tienen contempladas intervenciones de vías regionales tanto secundarias como terciarias, terminales fluviales y aeródromos que conectan el campo con las ciudades. Adicionalmente, hay una gran apuesta para lograr convergencia regional y cerrar las brechas urbano rurales en materia de servicios públicos y acceso a vivienda.
También se promoverá el uso de tecnologías digitales y el aprovechamiento de datos de información para fortalecer los vínculos urbanos, rurales y, en general, las relaciones funcionales de los territorios.
Gabriela Romero:
Y finalmente, doctora María Olga, ¿qué mensaje les daría a todas esas personas como doña Rosita, que son campesinos agro ecologistas que ven una gran oportunidad de traer el campo a la ciudad?
María Olga Peña
Es importante tener en cuenta que un campesino no es un campesino por donde está situado, sino por sus actividades y por su, digamos, su cultura y su forma de hacer las cosas. Entonces existen campesinos urbanos y en ese sentido pues es no digo fácil, pero es posible tener algún tipo de producción de sostenimiento y pues si la persona es muy juiciosa y muy emprendedora, de pronto hasta puede vender lo que le sobra es pues desde su sostenimiento.
Pero es posible tener una producción sostenible agroecológica que le permita tener un mejor nivel de alimentación para su familia, que es lo más importante y que sus niños y sus adultos mayores puedan tener la nutrición que necesitan y la familia general en todo su curso de vida, que es lo que estamos buscando y pues también le permite utilizar sus propias semillas y tener una alimentación acorde al ASU, a sus costumbres y a sus tradiciones.
Gabriela Romero:
Gracias doctora María Olga. Y es así como el legado de doña Rosita inspira a generaciones presentes y futuras a cuidar y proteger nuestro entorno, demostrando que cada pequeña paso cuenta en la construcción de un mundo mejor.
Doña Rosita:
Bueno, hacía muchísimo tiempo estábamos esperando este momento de que la Reforma Social Agraria tan importante en Colombia, fuera una realidad, porque la única forma de que Colombia sea una despensa nacional de alimentos, entonces nosotros en toda la región tenemos muchísima variedad de alimentos sanos y nutritivos. No necesitamos importar absolutamente nada porque ya lo tenemos todo. Entonces, gracias a esta Reforma Social Agraria, seguramente vamos a tener asegurada la alimentación de toda la población colombiana.