La inflación del mes de agosto fue de 0,7%, si bien en términos anuales se viene reduciendo, el impacto de los rubros de transporte y alimentos impidieron una mayor desaceleración, tal como esperaba el mercado, el Gobierno y los analistas.
El 0,7% del mes de agosto, es el resultado más alto de los últimos 4 meses. No obstante, este incremento fue sustancialmente más bajo que el observado en el primer trimestre, cuando los aumentos fueron superiores al 1%. El repunte de la inflación del mes se explica por los alimentos, especialmente por las frutas frescas, el tomate y la cebolla, donde el DANE precisó que no son productos que provengan del llano por excelencia y también por el rubro de transporte.
Dado lo anterior, la inflación anual cerró en 11,43%, confirmando nuevamente el quiebre de la tendencia alcista del indicador, al mostrar un resultado a la baja por quinto mes consecutivo. Pese a ello, los resultados se ubican por encima de las expectativas, que esperaban un resultado levemente por debajo de 0,5% en el mes y anual de 11,2% .
La inflación del mes de agosto continuó presentando avances principalmente para los sectores pobres, no obstante, en los hogares en condición de vulnerabilidad y de ingreso medio, el alivio fue menor, debido a que los precios de los rubros afectados por el ajuste en los precios de la gasolina y algunos alimentos que tienen una mayor intensidad en sus consumos, impidieron una mayor reducción en estos sectores.
De otra parte, en términos de los componentes del consumo se aprecia un importante contraste entre los bienes de consumo durable y no durable frente a los servicios y los bienes semidurables. El aumento en el IPC de los bienes no durables aún se sitúa en 14,63% y el de durables en 12,56%; en tanto que el de semidurables es de 7,07% y el de servicios en 9,46%, inferior al 11,43%.
Por su lado, el promedio de indicadores de inflación básica bajó a 10,7% y la subyacente también bajó a 9,9%, ubicándose por debajo de los dos dígitos, lo cual es una muy buena noticia, pues la inflación subyacente representa la parte menos volátil del indicador, mostrando la tendencia del mismo.
Con respecto a países pares, la inflación anual de 11,43% se ubica por encima de lo registrado en julio por Chile (6,5%), y Brasil (4,0%) y en agosto por Perú (5,6%) y México (4,6%).
Al respecto, Chile y Brasil (junto con Uruguay y Paraguay) ya comenzaron su ciclo de reducción de tasas, donde se anota que Chile ya aplicó dos reducciones seguidas sumando una baja de 175 p.b., en tanto que Brasil recién comenzó el ciclo con una reducción de 50 p.b. en la tasa. En este sentido, se prevé que Perú y México también comiencen a reducir tasas pronto.
En Colombia, la tasa de referencia en términos reales del Banco de la República también se sitúa ya en terreno positivo. En la última reunión de la Junta del Banco de la República del día 31 de julio, se tomó la decisión de mantener la tasa de intervención en 13,25%, por segundo mes consecutivo, después de haber iniciado el proceso de normalización de la política monetaria a finales de 2021. En total, desde que comenzó este ciclo alcista hasta la reunión de mayo, la tasa subió en 1.150 p.b., que es el mayor aumento acumulado de esta tasa en la historia.
El desempeño del sector real muestra un escenario de contracción de la demanda interna en lo corrido del año, pues, el gasto total de la economía ha contraído en -1,8%, el crecimiento del consumo es de apenas 1,8% y en el segundo trimestre del año la inversión se contrajo en 24%. La economía crece gracias al ajuste en la demanda externa neta debido a la reducción en las importaciones (-11%) y, si bien hay posibilidades de impulsar la economía gracias a una mayor ejecución del presupuesto público, se requiere de un complemento de la política monetaria para estimular tanto el consumo como la inversión.
Los argumentos de la autoridad monetaria son muy válidos, teniendo en cuenta que la inflación subyacente en Estados Unidos y en Europa es muy persistente y hay la posibilidad de un nuevo aumento en las tasas de interés por parte de la FED. Adicionalmente, los precios del transporte van a continuar aumentando y la inflación de alimentos puede volver a acelerarse debido al fenómeno del niño que se aproxima. No obstante, es importante considerar el inicio de una senda de reducción de las tasas de intervención doméstica para aliviar el costo del endeudamiento de los hogares, pues la calidad de la cartera de consumo registra un importante deterioro. Por otra parte, se requiere mantener la generación de empleo para ayudar a mantener el ingreso de las familias, principalmente de las más pobres y vulnerables
El dilema que enfrentará la Junta del Banco de la República en la reunión de septiembre es muy complejo. Por un lado, hay fuertes argumentos para mantener las tasas de interés, dado que el precio de los combustibles va a seguir aumentando para cerrar el déficit de FEPC y la inflación de alimentos podría volver a acelerarse por el fenómeno del niño que está comenzando. No obstante, pesar de que la tasa de interés real es cada vez más elevada, lo cual ha elevado el costo del crédito a las empresas y a los hogares y, por otro, los excesos de gasto se han venido corrigiendo, el crédito se ha contraído, la inversión está postrada y el crecimiento va a estar por debajo de 1%.
El resultado de la decisión va a depender del balance entre costos y beneficios. Port el lado de los costos de mantener las tasas de intervención en los niveles actuales, va a afectar de manera drástica el crecimiento y el empleo en los próximos meses, y podría conllevar a que la inflación no ceda por los mayores costos del crédito; pero también es cierto que la inflación subyacente está lejos de la “meta objetivo” del Banco de la República, sumado a las presiones mencionadas anteriormente.
Aspectos clave
En el mes:
El IPC aumentó 0,70%, mostrando un resultado más alto de los últimos 4 meses. No obstante, este incremento fue sustancialmente más bajo que el observado en el primer trimestre, cuando los aumentos fueron superiores al 1%. El repunte de la inflación del mes se explica por los alimentos, especialmente por las frutas frescas (mango), el tomate y la cebolla, donde el DANE precisó que no son productos que provengan del llano por excelencia. No obstante, más allá de algún rubro en particular es preciso anotar que la inflación por alimentos es algo más general que particular ya que cerca de 50 alimentos de los 59 que mide el DANE, mostraron incrementos más altos que en julio.
Al comparar con el mes anterior, la mayor inflación de agosto con respecto a la de julio, se debe a que los alimentos repuntaron con una inflación superior al 1%, mientras que en el mes pasado habían sido de 0,2% y en abril, mayo y junio, habían sido deflacionarios. De hecho, los alimentos explican el 30% de la inflación del mes.
Aparte de los alimentos, vale la pena destacar la dinámica del rubro de alojamiento y servicios y el de transporte.
En este sentido, el rubro de alojamiento y servicios públicos fue el segundo grupo de mayor presión (contribución) a la inflación, pese a haber mostrado una inflación moderada y similar a la de julio y el grupo de transporte, tuvo un aumento en precios de 0,9% presionado por el aumento de los combustibles, donde la gasolina, que viene en aumento, aporta 0,11 p.p., siendo el aporte individual más alto entre todas las subclases.
Además de lo anterior, es preciso mencionar que el grupo de mayor inflación fue el de Bebidas alcohólicas y tabaco (1,14%), debido al aumento de 1,43% en la cerveza. No obstante, por ser un grupo de peso bajo dentro de la canasta de consumo, su aporte a la inflación fue muy bajo (0,02 p.p,), es decir por debajo del aporte del Tomate, por ejemplo.
Finalmente se menciona que, la subclase que más impulsó la inflación del mes fue nuevamente (y por un margen amplio) la de combustibles para vehículos, que aportó 0,11 p.p. a la inflación total de 0,70%. Le siguen el arriendo imputado (es decir el costo de “arriendo” que se calcula a quienes viven en casa propia) y el arriendo efectivo, con una contribución conjunta de 0,12 p.p. y las frutas frescas con una contribución de 0,08 p.p., junto con el tomate y la cebolla ambos con una contribución individual de 0,05 p.p. Estos 6 rubros aportan juntos 0,41 p.p. a la inflación de 0,7% (es decir un 59%, sin descontar los rubros deflacionarios).
Se anota que el “el almuerzo”, que había estado persistentemente dentro del grupo de rubros de mayor aporte a la inflación, ha bajado de importancia en el mes y ya no figura en este grupo.