En junio, el sector manufacturero marcó su cuarta desaceleración mensual, con una caída de -4,8%, culminando un semestre con -2,6%, reflejo de tensiones inflacionarias y altos inventarios. De los 39 rubros monitoreados por el Dane, 31 tuvieron declives, destacando áreas como química básica y prendas de vestir. Pese a los retos, evidenciados por un PMI de 48,4 en julio, el sector muestra optimismo, apoyado en la notable reducción de costos y en indicadores como el Índice de Confianza Industrial.
Aspectos clave
A lo largo de junio, el sector manufacturero experimentó el cuarto mes consecutivo de desaceleración, registrando una caída del -4,8% (-5,6% excluyendo refinación). Este periodo culminó el trimestre con una contracción similar de -4,8%, y un balance semestral de -2,6%. Estas cifras reflejan las tensiones inflacionarias y el alto volumen de inventarios que las industrias sostienen.
Particularmente, de los 39 rubros monitoreados por el Dane, 31 presentaron declives en su producción. Particularmente notorios fueron los descensos en áreas como química básica (-25,6%), prendas de vestir (-18,6%), minerales no metálicos (-10,3%) y otros productos alimenticios (-10,0%).
En relación con los indicadores blandos, la industria sigue atravesando desafíos, evidenciado por el PMI de julio que marcó 48,4 puntos, ligeramente menor al mes anterior. Esta cifra es reflejo de la disminución en la recepción de nuevos pedidos, en la producción y en la generación de empleo, todo vinculado a una demanda por debajo de las expectativas. Sin embargo, se subraya una reducción sin precedentes en los costos de adquisición, fruto de las estrategias empresariales para impulsar ventas y de la competitividad entre proveedores. A pesar de estos desafíos, tanto el Índice de Confianza Industrial (ICI) como el Índice de Producción Futura (componente del PMI) sugieren un creciente optimismo en el sector, basado en proyecciones positivas para ventas venideras y estrategias de mercadeo.