La industria repuntó fuertemente en abril con un incremento de 4,1% en la producción y de 4,3% en las ventas, que son los valores más altos en cerca de 17 meses y los primeros positivos en 14 meses.
Con estos resultados, la industria acumula en lo corrido del año una reducción de -3,5% en la producción y de -3,3% en las ventas, que representan una mejora frente las caídas de cerca de -6% que se observaban a marzo.
A pesar de que los resultados del mes están permeados por el fenómeno estadístico de Semana Santa, las cifras desestacionalizadas indican que hay un mejora más allá de este efecto base, ya que la producción desestacionalizada, si bien cayó -2,6%, mostró un mejor desempeño que en el primer trimestre cuando las variaciones estuvieron por debajo del -4%.
Pese a lo anterior, los indicadores de expectativas no muestran la misma tendencia. Al respecto el PMI se muestra en terreno negativo por segundo mes consecutivo, con expectativas a la baja y el Indicador de Confianza empresarial de Fedesarrollo revela una desmejora, jalonada por los pedidos y el nivel de existencias.
Aspectos clave
En los últimos trimestres, la industria manufacturera ha sido uno de los renglones menos dinámicos de la economía. Así, en el primer trimestre de 2024 el valor agregado de la industria registró la caída más fuerte entre los sectores que componen la medición del PIB, con una reducción de -5,9%. Estos bajos resultados fueron producto de la menor demanda doméstica que viene bajando desde 2023, inducida por las altas tasas de interés, el mal desempeño productivo, la inflación que permanece tercamente alta y la incertidumbre hacia el futuro.
Pese a lo anterior, la industria repuntó fuertemente en abril con un incremento de 4,1% en la producción y de 4,3% en las ventas, que representan los valores más altos en cerca de 17 meses y los primeros positivos en 14 meses. Con estos resultados, la industria acumula en lo corrido del año una reducción de -3,5% en la producción y de -3,3% en las ventas, que a todas luces representan una mejora frente las caídas de cerca de 6% que se observaban a marzo.
Este repunte, tanto de la producción como de las ventas, fue más general que particular y se explica en parte por el fenómeno estadístico de Semana Santa, que el año pasado cayó en abril, pero también por un buen desempeño tanto de producción como de ventas. En este sentido, al considerar las cifras desestacionalizadas del DANE, se tiene que la producción de abril tuvo una caída de tan solo -2,6%, que si bien es negativa, representa una mejora frente a las caídas de más de -4% que se vieron entre enero y marzo. Algo similar sucede con las ventas cuya caída desestacionalizada de -2,3% es menos fuerte que las reducciones que se vieron en el primer trimestre.