En abril, las importaciones crecieron 18,1%, presentando el crecimiento más relevante en aproximadamente dos años.
A pesar de lo anterior, lo corrido del año muestra todavía una caída de -4,7%, lo cual, si bien da cuenta de un mayor dinamismo de la economía nacional, no implica una recuperación completa del sector importador.
Aspectos clave
En abril, las importaciones en Colombia crecieron un 18,1%, lo cual las ubica por encima del promedio de los últimos 12 meses. Este resultado se explica por un repunte de las importaciones de bienes intermedios y de capital, que crecieron 13,6% y 18,9%, respectivamente, indicando que la inversión podría estar reactivándose también. Por su lado, las importaciones de consumo también dieron un salto con un incremento de 28,1%
Pese a lo anterior, las importaciones todavía muestran una reducción de -4,7% en lo corrido del año, que se atribuye a la debilidad en la demanda interna, afectada por las decisiones de política para controlar la inflación y la caída en los términos de intercambio.
En un contexto más amplio, la reducción que hubo en el comercio internacional de Colombia en el primer trimestre del año, refleja las tendencias globales. La Organización Mundial del Comercio estima que el volumen del comercio de mercancías aumentará solo un 0,8% este año, reduciendo a la mitad las previsiones de crecimiento debido a factores como la persistente inflación, tasas de interés elevadas y conflictos geopolíticos. Las proyecciones del FMI también apuntan a un aumento modesto del comercio mundial de solo un 0,9% para este año. Dado lo anterior, es necesario estar atentos a la evolución que puedan tener tanto las exportaciones como las importaciones en los próximos meses, para poder confirmar una recuperación.
La balanza comercial para lo corrido del 2024 acumula un déficit de USD -3.619,9 millones FOB, siendo menor al obtenido en el mismo periodo en el 2022, cuando fue de USD -3.964,5 millones FOB, alcanzando una reducción total de USD 344,6 millones FOB. Dicha mejora en la situación de déficit se dio por el déficit en las manufactureras, el cual disminuyó de manera significativa (USD 11.122,4 millones) y fue complementada por el superávit de USD 779,1 millones en la balanza de bienes agropecuario, sin embargo, los resultados se vieron contrarrestados por la reducción de USD 617,2 millones en el superávit en la balanza de bienes combustibles.
En este contexto global, las noticias recientes sobre la guerra en Oriente Medio y la suspensión de las exportaciones de equipos de seguridad a Colombia por parte de Israel pueden tener implicaciones significativas en las relaciones comerciales. La guerra ha generado un rechazo generalizado que podría traducirse en inestabilidad en las importaciones de alimentos y materias primas desde Israel a América Latina. En este contexto, se observa una tendencia similar en otros países latinoamericanos, donde la reducción en las importaciones y los desafíos en las balanzas comerciales son una constante. Sin embargo, las particularidades de cada nación, como la situación energética en Ecuador o las medidas restrictivas en México, agregan capas de complejidad a la dinámica económica. En conjunto, estos elementos delinean un escenario económico retador para la región, con la esperanza de encontrar soluciones efectivas para mitigar los impactos y fomentar la recuperación económica en el futuro cercano.