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Hacia una sociedad movida por el sol y el viento: Los retos y avances de la transición energética justa para la superación de las brechas energéticas

29/09/2024 | Edición No. 14 - Septiembre 2024

Múltiples autores Nicolás Rincón Munar, Juan David Nieto  
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​​La transición energética se ha convertido en un imperativo global en respuesta a los desafíos del cambio climático y la creciente demanda de energía limpia. En América Latina y en Colombia, esta transición debe enfrentar una realidad particular: altos niveles de desigualdad, pobreza y dependencia de combustibles fósiles. En este contexto, una transición energética justa no solo busca descarbonizar la matriz energética, sino también superar las barreras históricas de acceso a la energía y promover un desarrollo económico inclusivo y sostenible.

El concepto de transición energética justa ha ganado relevancia en el ámbito internacional, donde se reconoce la necesidad de ajustar las estrategias a las realidades económicas y sociales de cada país. América Latina, con su rezago en términos de PIB per cápita con respecto a las economías desarrolladas, enfrenta el desafío de equilibrar su desarrollo económico con una transición energética que garantice equidad y sostenibilidad.

Los retos macroeconómicos que acompañan este proceso son evidentes, especialmente en un entorno global marcado por la inflación, que alcanzó niveles superiores al 8 % en la región en 2023, según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), y los elevados tipos de interés han provocado un endurecimiento de los mercados energéticos y un aumento de los precios, lo que dificulta que las comunidades con rentas más bajas y los países en desarrollo inviertan en soluciones energéticas sostenibles.

El índice mundial de transición energética: Una mirada a Colombia

El índice de transición energética (ETI) del Foro Económico Mundial clasifica a 120 países en función de su preparación para la transición hacia energías más limpias. En la última evaluación de junio de 2024, Colombia ocupó el puesto 35, lugar que mejoró respecto al año anterior, cuando se ubicaba en el puesto 39. Este avance refleja el compromiso del país en la implementación de políticas que favorecen la sostenibilidad y el desarrollo de infraestructura para energías renovables. El índice ETI de Colombia mejoró de 59,5 puntos en 2022 a 60,7 en 2023, con ello se mostró un progreso destacado en materia de regulación y compromiso político.

 

Figura 1. Comparativo del índice de transición energética (ETI), 2024

 

​​​​​​​​Comparativo del índice de transición energética (ETI), 2024
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Figura 2. Evolución de Colombia en el índice de transición energética, 2015 vs. 2024

​​​​​​​​ Evolución de Colombia en el índice de transición energética, 2015 vs. 2024
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Fuente: DNP, con datos del Índice de transición energética 2024 (Foro Económico Mundial, 2024)

Sin embargo, a pesar de estos avances en el país, persisten desafíos significativos para alcanzar las metas de reducción del 51 % de gases de efecto invernadero a 2030 y la carbono neutralidad en Colombia al año 2050. De acuerdo con el Ministerio de Minas y Energía, actualmente el país genera solo el 5,77 % de su electricidad a partir de energía solar y eólica, lo que equivale a una capacidad instalada de 1,19 GW. Si se suman los proyectos en funcionamiento que se están en pruebas inyectando energía a la red, esta capacidad alcanza 1,8 GW.

Colombia: Un modelo de transición energética incluyente y justo

En Colombia, el presidente Gustavo Petro ha planteado a través del Programa de Gobierno un ambicioso plan para transformar la matriz energética del país. El objetivo es pasar de una matriz energética dependiente del carbón y el petróleo a una matriz diversificada, basada en fuentes no convencionales de energías renovables (FNCER), que busca no solo enfrentar el cambio climático, sino también fortalecer la economía productiva y generar empleo.

El modelo de transición propuesto es incluyente y busca garantizar el acceso universal a la energía. En la actualidad, cerca de cuatro millones de personas se encuentran sin servicio de energía eléctrica y 1,6 millones de hogares en Colombia aún cocinan con leña, lo que origina graves problemas de salud y ambientales. El Plan del Gobierno incluye la energización de estas zonas rurales y la sustitución de la leña por tecnologías limpias, como cocinas eléctricas eficientes o de biogás.

Según el índice multidimensional de pobreza energética (IMPE) de Promigás1​, en Colombia, el 18,5 % de la población —correspondiente a 9,6 millones de personas— se encuentra en situación de pobreza energética, una situación que se agrava en las áreas rurales, donde es 11 veces mayor que en las zonas urbanas —ello significa el 47,9 % rural frente al 4,3 % urbano—.

Al respecto, con el respaldo de normativas como el artículo 235 del Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026: Colombia, Potencia Mundial de la Vida y el Decreto 2236 de 2023 del Ministerio de Minas y Energía, el Gobierno nacional ha adelantado la Estrategia Nacional de Comunidades Energéticas, la cual se ha posicionado como un paso clave hacia una Transición Energética Justa (TEJ) y equitativa en todo el país. La TEJ se presenta como una alternativa que no solo reducirá la dependencia de recursos fósiles y disminuirá las tarifas de energía, sino que también contribuirá a mitigar la pobreza energética y multidimensional. La estrategia busca que las personas naturales y jurídicas tomen parte en la cadena de valor administrando y gestionando los activos y recursos energéticos de fuentes no convencionales de energías renovables (FNCER), combustibles renovables y recursos energéticos distribuidos.

Desde la vigencia 2023, el Ministerio de Minas y Energía ha venido trabajando en la regulación necesaria para la entrada de proyectos de comunidades energéticas. En su primera convocatoria contó con más de 18.000 comunidades postuladas en todo el territorio nacional, de las cuales 2.470 han sido priorizadas para iniciar su caracterización y formulación. A la fecha, ya se han entregado 100 comunidades en departamentos como La Guajira, Chocó Putumayo y Cesar, entre otros.

Por otro parte, el PND 2022-2026 resalta el potencial del país en cuanto a fuentes de energía renovable. Colombia tiene un potencial instalable de energía solar de 8.000 GW, lo que convierte al país en un líder regional en este tipo de energía. La región de La Guajira, por ejemplo, tiene niveles de radiación solar que son un 50 % superiores al promedio mundial (3,9 kWh/m²/día), alcanzando los 6 kWh/m²/día.

Así mismo, en materia de energía eólica costa afuera, se cuenta con potenciales identificados de 27,2 GW (gigavatios) para proyectos de fundación fija —es decir, ubicados en cercanía de la costa— y de 21,6 GW para proyectos en fundación flotante —los ubicados en aguas profundas—.

Estos potenciales permiten proyectar, además, la producción de hidrógeno verde. Según la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA), Colombia contará con el cuarto hidrógeno más competitivo del mundo al 2050 (USD $1,1/KgH2).

Oportunidades de la transición energética justa en Colombia

La transición energética justa en Colombia enfrenta varios desafíos. En primer lugar, es necesario un enfoque intersectorial y plurirregional para asegurar que todos los sectores de la economía y todas las regiones del país participen en el proceso. El sector transporte, que consume el 44 % de la energía del país, es uno de los más rezagados en términos de electrificación. Actualmente, solo el 0,3 % de los vehículos en circulación son eléctricos, muy por debajo de países como Chile, donde la penetración de vehículos eléctricos es del 2 %. Colombia tiene el desafío de alcanzar un 3,2 % de vehículos eléctricos para 2030; para ello, el DNP ha apoyado el desarrollo del Fondo para la Promoción del Ascenso Tecnológico (artículo 253 del PND 2022-2026).

Además, la transición energética debe ser socialmente justa. Es crucial asegurar que los trabajadores del sector de combustibles fósiles, que representan el 7 % del empleo en las regiones productoras, sean reubicados laboralmente y que las comunidades que dependen de estos recursos no se vean perjudicadas. La reindustrialización basada en tecnologías limpias debe estar acompañada de políticas de financiamiento que aseguren la participación de todos los sectores.

La eficiencia energética es otro pilar clave. Actualmente solo el 31 % de la energía consumida en Colombia se utiliza de manera eficiente, lo que representa un margen significativo para mejorar y avanzar en cada sector hacia una gestión y uso eficiente de la energía. De acuerdo con el Ministerio de Minas y Energía, el país podría ahorrar hasta USD 1.500 millones al año con la implementación de medidas de eficiencia energética en la industria, el sector residencial y el transporte. Iniciativas como la sustitución de equipos de iluminación y refrigeración ineficientes en el sector residencial, junto con el avance en sistemas de gestión de energía en la industria, son esenciales para reducir el consumo energético y cumplir con los compromisos climáticos del país.

En general, la transición energética justa en Colombia es una oportunidad única para superar las brechas energéticas y promover un desarrollo más equitativo y sostenible. Al aprovechar su riqueza en recursos renovables, el país continuará posicionándose como un líder en la región en términos de sostenibilidad y eficiencia energética.

No obstante, este proceso requiere un compromiso decidido de todos los sectores de la sociedad, desde el Gobierno hasta las comunidades locales, pasando por el sector privado. La transición hacia una sociedad movida por el sol y el viento no solo es una respuesta al cambio climático, sino también una vía para transformar la economía colombiana, apalancar la reindustrialización, reducir la desigualdad y mejorar la calidad de vida de millones de personas.


​ 1Es un indicador creado en 2023 que mide el nivel de privación en energía (falta de acceso a energía) para satisfacer las realizaciones humanas básicas que usan como medio directo la energía: acceso, vivienda funcional, aprender y comunicarse, y territorio equipado.​

Referencias

Banco Interamericano de Desarrollo. (2024). Energías renovadas: Transición energética justa para el desarrollo sostenible (RED). CAF. https://scioteca.caf.com/bitstream/handle/123456789/2248/RED%202024.pdf?sequence=5&isAllowed=y

Foro Económico Mundial. (2024). Índice de transición energética. FEM. https://www.iea.org/reports/latin-america-energy-profile-2

International Energy Agency. (2023). Latin America Energy Outlook. IEA. https://www3.weforum.org/docs/WEF_Fostering_Effective_Energy_Transition_2024  

International Renewable Energy Agency (IRENA) & RMI. (2023). Creating a global hydrogen market: Certification to enable trade. IRENA and RMI.https://www.irena.org/-/media/Files/IRENA/Agency/Publication/2023/Jan/IRENA_Creating_a_global_hydrogen_market_2023.pdf




Palabras clave

Eficiencia Energética; Fuentes no convencionales de energías renovables(FNCER); Transición energética Justa (TEJ); reindustrialización

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