Desde la década de los 90, cuando el Estado tomó la decisión de impulsar al país hacia la modernidad bajo el proceso de apertura económica, no se abordaba una política integral y profunda de internacionalización que abarcara aspectos más allá del comercio exterior y la inversión. Sin duda, ese fue el aliento que nos embarcó en el proceso de globalización, pero ya es necesaria una nueva hoja de ruta que direccione el país hacia una efectiva integración de la economía colombiana en el mundo, con visión diferencial y territorial, capaz de orientar esfuerzos a favor de la transmisión de conocimientos y de tecnologías usadas por países desarrollados con resultados positivos en nuestros sistemas de producción.
Pensando en ello, el Gobierno colombiano está elaborando un documento Conpes que recoge las recomendaciones entregadas, en agosto pasado, por los expertos que conformaron la Misión de Internacionalización. Esta misión propuso acciones para los sectores público y privado, y fue resultado de un trabajo conjunto entre el DNP, la Vicepresidencia de la República y los ministerios de Comercio, Industria y Turismo; Relaciones Exteriores, y Ciencia, Tecnología e Innovación. Justamente, el espíritu de esta misión es promover la adopción y adaptación de tecnología moderna para aumentar nuestra presencia en el comercio mundial, que actualmente solo representa 37 % del PIB, mucho menor comparado con Perú que es de 49 %, Chile 63 % y México 69%; incrementar nuestra baja participación en las Cadenas Globales de Valor (CGV); potenciar el impacto de la Inversión Extranjera Directa (IED), tradicionalmente enfocada en las industrias extractivas, y aumentar las exportaciones de servicios, un mercado dinámico a nivel global con alto potencial de crecimiento.
No se trata de abrir el viejo debate entre apertura económica o mercado interno, sino de tener la oportunidad que brinda la internacionalización del mundo de hoy para generar más y mejores empleos, con el fomento de una producción a gran escala en la que el tamaño del mercado interno se alimente, favorezca, y, además, conquiste el internacional.
De hecho, el documento plantea acciones en cuatro ejes estratégicos en un lapso de cinco años. El primero, se concentra en aumentar la movilidad del conocimiento de los individuos residentes, nacionales y extranjeros en Colombia para transferir, adoptar y crear tecnología. Establece la necesidad de implementar una estrategia para aprovechar el talento nacional que se encuentra en el exterior, de crear pasantías internacionales para colombianos y becas de emprendimientos. El segundo eje está enfocado en cerrar las brechas de productividad de las empresas colombianas respecto a sus pares internacionales, para aprovechar los beneficios de la integración, conocimientos, tecnología, y nuestra participación en CGV.
El tercer eje determina que el Gobierno buscará aumentar el uso de las TIC para incrementar las exportaciones de servicios hacia nuevos mercados, en forma remota y utilizando las oportunidades que brinda el proceso de digitalización y automatización actual. Por último, el cuarto eje, busca fortalecer las instituciones para la internacionalización y el desarrollo del ecosistema de innovación, con el fin de facilitar la adopción, adaptación y generación de tecnología global en las empresas colombianas.
A partir del Plan Nacional de Desarrollo (PND), durante este Gobierno se han ejecutado estrategias para alcanzar metas en materia de exportaciones no minero-energéticas, aumentar la IED y reducir tiempos para operaciones de comercio exterior. A diciembre de 2021, ya habíamos logrado 94%, 73% y 105% de las metas establecidas, respectivamente, cifras que demuestran la efectividad de la política internacional colombiana tras dos años de pandemia mundial. Además, en este cuatrienio, hemos consolidado el acceso a diversos mercados internacionales.
Somos el segundo país más biodiverso del mundo, con una riqueza incomparable de climas, culturas y etnias, además de tener una posición geográfica de conexión regional. El desafío que tenemos es aprovechar esos activos y nuestro talento nacional para integrarnos más a los flujos de conocimiento y servicios de países desarrollados y ser una economía más global y efectiva a favor de todos los colombianos.