Hace ya casi 8 años, la Asamblea General de la Naciones Unidas adoptó la Agenda 2030 de desarrollo sostenible entendida como “la satisfacción de las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”. La agenda se ha vuelto relevante porque promueve un enfoque integral que busca equilibrar los aspectos económicos, sociales y ambientales del desarrollo y brinda una visión compartida catalizando esfuerzos gubernamentales, empresariales y de la sociedad civil para abordar temas como la igualdad de género, la educación de calidad, el acceso a la energía limpia entre otras cuestiones cruciales para el desarrollo sostenible.
La metodología de análisis implica una revisión general de los avances, evidencia la diferencia entre lo planteado como objetivos universales y enfoques transformadores de la Agenda 2030 y la realidad, con un punto de inflexión marcado por la pandemia a raíz de la COVID-19.
Las conclusiones muestran que la Agenda 2030 sigue vigente, sin embargo, presenta retos en lograr mayor coherencia de políticas y como esa agenda se apropia desde los diferentes actores y territorios para lograr una verdadera contribución al desarrollo sostenible del planeta.
Introducción
La Agenda 2030 de desarrollo sostenible establece un ambicioso plan de acción para las personas, el planeta, la prosperidad, la paz y la asociación. Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y las 169 metas son integrados e indivisibles, son universales y se aplican tanto a las economías avanzadas, emergentes como en desarrollo, y tiene el objetivo de promover un crecimiento robusto y sostenible sin dejar a nadie atrás. El marco de acción de los ODS los agrupa, de acuerdo con su orientación programática, en cinco pilares.
De esta manera, la Agenda es una visión global e interrelacionada del desarrollo. Así, el ODS 3, Salud y bienestar, está conectado con el ODS 12, Producción y consumo responsables: promueve prácticas de producción y consumo sostenibles para reducir la contaminación y mejora la calidad del aire y del agua que contribuye a la salud y el bienestar de las personas. El ODS 8, Trabajo decente y crecimiento económico, está relacionado con el ODS 10, Reducción de las desigualdades: fomenta políticas laborales inclusivas que promueven la igualdad de oportunidades y salarios justos, contribuye a su vez a reducir las desigualdades económicas y sociales. Las relaciones ocurren con todos los objetivos.
Cada vez estamos más cerca del 2030 y más lejos de cumplir con las promesas asumidas con las metas ODS. En 2019, los datos demostraron que los esfuerzos globales realizados hasta ahora han sido insuficientes para lograr los cambios necesarios para alcanzar los objetivos planteados y que el progreso ha sido desigual. Es por esto que los Estados Miembros y demás partes interesadas se reunieron en la Cumbre de los ODS, de septiembre de 2019 y marcaron el 2020 como el año del debut de la “Década de acción" con cual se esperaba redoblar esfuerzos y focalizar la atención en áreas específicas. No obstante, todas las expectativas y acciones esperadas para lo que marcaba esta década de aceleración de la implementación de los ODS, se vieron rápidamente comprometidas con la llegada inesperada de la COVID-19. La pandemia profundizó las desigualdades, siendo los grupos vulnerables los más afectados y con mayor riesgo, lo cual generó una presión transversal sobre los pilares de ODS mencionados. El Banco Mundial ha planteado que la COVID‑19 representó el mayor revés para los esfuerzos de reducción de la pobreza a nivel mundial, estimando que la pandemia empujó a unos 70 millones de personas a la pobreza extrema en 2020, el mayor aumento registrado en un año, desde que comenzó el seguimiento de estas cifras, en 1990. El año 2020 marcó un punto de inflexión histórico: la era de la convergencia de ingresos en el mundo dio paso a la divergencia. (World Bank, 2022)
Pero al mismo tiempo, el Banco Mundial aprovechó el escenario de pandemia para recordar la importancia de formular estrategias de acción, rápidas y flexibles que apunten a cerrar la brecha entre los lineamientos formales y los resultados de las implementaciones realizadas, ya que había evidencia de la “gran brecha entre las políticas formuladas y los logros en la práctica" y entre “lo que esperan los ciudadanos y lo que experimentan a diario. (World Bank, 2022)
Se puede afirmar entonces, que un resultado positivo de la pandemia es que ha contribuido a reforzar la comprensión de la fuerte interdependencia entre países y la imposibilidad de dar respuestas individuales a problemas globales. Reitera que la recuperación debe ser más verde y sostenible, y debe contribuir a reducir las brechas de la desigualdad, convirtiéndose en una piedra angular para hacer realidad la Agenda 2030.
La Agenda 2030 empezó del aprendizaje de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), dirigidos a los gobiernos a nivel mundial. En este sentido, fue concebida para trabajar acciones de manera conjunta entre el sector privado, la sociedad civil, la academia, los gobiernos locales y la comunidad internacional para que influenciaran las políticas públicas, sin embargo, si bien se han realizado esfuerzos para generar canales de articulación entre estos actores, la escala necesaria para generar verdaderas transformaciones aún es limitada.
Adicionalmente, las reflexiones frente al cumplimiento de la Agenda se concentran en la revisión de los indicadores asociados a los 17 ODS, la cual no es suficiente en aras de aumentar la sincronía y sinergia de los esfuerzos a nivel internacional, nacional y local. La Agenda tiene un desafío en lograr ser prioritaria en la toma de decisiones y en la planeación integral de las políticas públicas, para lo cual debe fortalecer los incentivos y las herramientas para que todos los actores se sientan responsables, corresponsables y se apropien de la misma.
Mitad del camino: ¿está la Agenda 2030 en la senda del cumplimiento?
Según el reporte OCDE “Midiendo la distancia a las metas de los ODS", Colombia ya ha logrado 11 metas ODS y con las tendencias más recientes, se espera que cumpla con 12 adicionales para 2030. Como la mayoría de los países de la OCDE, Colombia proporciona acceso a servicios básicos a la gran mayoría de su población. Algunos factores de riesgo para la salud son muy bajos en Colombia, la mortalidad atribuida a enfermedades cardiovasculares, el cáncer, diabetes o enfermedades respiratorias crónicas son menores que en muchos países OCDE. Según el mismo reporte, las principales brechas se presentan en los resultados educativos. Si bien Colombia ha alcanzado las metas sobre educación preescolar, los resultados educativos al final de la educación secundaria siguen siendo deficientes. Otra brecha importante se presenta en las metas de igualdad de género, los datos disponibles sugieren que la violencia contra la mujer es generalizada. En cuanto la dimensión ambiental, la protección de los ecosistemas y la biodiversidad requiere mayores esfuerzos. (OECD, 2022)
El más reciente Reporte ODS, ubica a Colombia entre los países OCDE en la penúltima posición, con una puntuación de 70,1%, siendo México el último con 69,7%. Según la misma fuente, a nivel de los países de América del Sur, Colombia se encuentra en la posición 7, un poco por debajo del promedio de la región que es del 71,6%. Esto se debe a que, en la mayoría de las metas de los ODS, Colombia se encuentra en un cumplimiento medio principalmente en los ODS 1, Fin de la pobreza, ODS 10, Reducción de las desigualdades y ODS 14, Vida submarina. En comparación, Chile es el país de la región que cuenta con el mayor porcentaje de cumplimiento 78,2%, principalmente por sus avances en el ODS 5, Equidad de género y ODS 6, Agua Limpia y saneamiento (SDSN, 2023).
En el país,l con la información vigencia 2022, el avance en la implementación de las metas ODS con respecto al avance del periodo es de 67,8% y con respecto a la meta establecida para 2030 es de 60,2%. Algunos aspectos clave a resaltar es el avance en la formalización del empleo, lo que genera impactos positivos, porque el ingreso disponible permite acceder a otros servicios como afiliación a la seguridad social con protección en salud, pensiones y riesgos laborales. La disminución de la tasa de mortalidad y la incidencia de pobreza extrema. Sin embargo, entre los retos que se deben afrontar de manera juiciosa para que sean realidad con la Agenda 2030, se encuentra el reducido acceso a energías sostenibles y asequibles para todos. Otro de los frentes rezagados para el país tiene que ver con la reducción del hambre (ODS 2), ya que pese a que se han dado disminuciones en la tasa de desnutrición persiste una fuerte inseguridad alimentaria, y en zonas altamente vulnerables del país, con efectos directos en la mortalidad infantil. Ambos retos se han constituido como una de las apuestas a mejorar en el actual Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026.
La gráfica 2 evidencia el porcentaje de avance con respeto a la meta anual y a la meta 2030 de los 17 ODS de manera específica y nacional.