El agua para consumo humano debe cumplir con los estándares de calidad para no afectar la salud y poder ser usada en bebida directa, en la preparación de alimentos o en la higiene personal (adaptado del Decreto 1575 de 2007). El suministro de agua apta para el consumo humano se realiza mediante acueductos convencionales o en zonas rurales mediante la gestión comunitaria del agua que administra soluciones alternativas como abastos comunitarios, pozos y pilas públicas.
A 2026, Colombia avanzará en dar a 4.131.516 de personas el acceso a métodos de abastecimiento de agua adecuados, que garanticen la calidad de vida y salud.
Uno de los grandes retos es promover la innovación tecnológica y fortalecer la gestión comunitaria del agua especialmente en poblaciones vulnerables. Contar con agua suficiente es relevante para garantizar la productividad económica, la seguridad alimentaria y la paz.
Lo anterior debe ir acompañado de avances en materia normativa y regulatoria para actualizar los instrumentos que tienen como propósito identificar nuevas oportunidades y mejoras en el sector.