CONPES aprueba política pública para la consolidación del Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Colombia

 08/10/2021

La biodiversidad es el principal patrimonio de la Nación, y su conservación permite mayor resiliencia ante los efectos del cambio climático.

  • Esta nueva Política es uno de los propósitos de este Gobierno incluidos en el Pacto por la sostenibilidad del Plan Nacional de Desarrollo 2018- 2022, Pacto por Colombia, pacto por la equidad.

​Foto DNP

La biodiversidad es el principal patrimonio de la Nación, y su conservación permite mayor resiliencia ante los efectos del cambio climático. En este sentido, el principal objetivo del documento CONPES 4050 aprobado el 30 de septiembre, es reducir al 2030 el riesgo de pérdida de naturaleza en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (Sinap), de tal manera que se garantice la protección de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos que soportan el bienestar y el desarrollo social, económico y cultural presente y futuro de la nación.​


 

Esta nueva Política es uno de los propósitos de este Gobierno incluidos en el Pacto por la sostenibilidad del Plan Nacional de Desarrollo 2018- 2022, Pacto por Colombia, pacto por la equidad.

Documento ​​​4050 Política para la Consolidación del Sistema Nacional de Áreas Protegia -SINAP-​

En esta política se desarrollan principios enfocados en lograr mayor corresponsabilidad de los sectores productivos para contribuir a la conservación de las áreas protegidas y retribuir a las poblaciones vulnerables que apoyan su cuidado. Se incorporan principios asociados a la buena gobernanza de las áreas protegidas y del Sistema, se pone especial énfasis en la necesidad de aumentar la efectividad en el manejo, y se posiciona la importancia de proteger espacios naturales con elementos y significados culturales asociados.

Adicionalmente esta política se articula con la iniciativa 30x30 orientada a proteger al menos el 30 % de los océanos y el 30 % de las áreas terrestres y aguas continentales del mundo para el año 2030, con por lo menos un 10 % sujeta a protección estricta, que se está discutiendo en el nuevo Marco Global de la

Biodiversidad post 2020. Este Marco establecerá́ nuevos objetivos y metas a ser implementados por los países miembros del Convenio sobre Diversidad Biológica.

Colombia posee una ventaja extraordinaria frente a otros países en cuanto a su capital natural con más de 51 mil especies registradas que la posicionan como el segundo país en megadiversidad, albergando aproximadamente el 10 % de la biodiversidad en menos del 1 % del territorio emergido a nivel mundial. El país tiene, además, cerca de 6.383 especies de plantas endémicas, 367 de anfibios y 34 de mamíferos, entre otros grupos1. La posición geográfica privilegiada del país ha permitido una diversidad biológica exuberante y única, que debe mantenerse y potenciarse como una ventaja competitiva frente a otros países.

Algunos de los servicios ecosistémicos suministrados por las Áreas Protegidas son la regulación y provisión hídrica para el consumo de cerca de 25 millones de personas, la generación del 52 % de la energía hidroeléctrica, la regulación del clima asociada a más de 13 millones de hectáreas de bosque y el desarrollo de diversas actividades productivas estratégicas. Se estima que por concepto de regulación y provisión hídrica el aporte de las Áreas Protegidas a la economía nacional es de USD 2.770 millones anuales aproximadamente (cerca de 0,9 % del PIB en 2013).

La construcción de este documento CONPES inició en 2019 y contó con la Secretaría Técnica del Departamento Nacional de Planeación (DNP) y un arduo trabajo del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y de Parques Nacionales Naturales de Colombia. Aportaron en este proceso el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) como implementador del proyecto GEF Sinap apoyado por el BID y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD.

Estas entidades y socios estratégicos lideraron un proceso amplio de participación social para la construcción de la política, en el que se encontró que la biodiversidad de las áreas protegidas está en riesgo, pues hay procesos de transformación en su interior y en sus áreas aledañas, que afectan la integridad ecológica, generan aislamiento, alteran el hábitat y las poblaciones de especies silvestres y, en general, reducen las posibilidades de conservación en el largo plazo, con graves consecuencias para el bienestar humano y el desarrollo de la nación.

Cuatro grandes ejes problemáticos explican el riesgo de pérdida de la naturaleza protegida, como son: 1) la insuficiente protección del patrimonio natural y cultural en el Sinap; 2) la baja conectividad ecológica de las áreas protegidas con sus​​ entornos; 3) la baja efectividad en la gestión; y 4) La débil corresponsabilidad de los sectores productivos en la gestión de las áreas protegidas, así́ como de la retribución por las acciones de conservación que allí́ realizan las comunidades locales. Por esto la política ha vinculado el compromiso de 12 sectores, incluido el ambiental, para contribuir a la conservación de las áreas protegidas en beneficio de las actuales y futuras generaciones.

El Sistema Nacional de Áreas Protegidas Sinap inició su diseño desde finales de la década de los noventa como parte de la ratificación del Convenio de Diversidad Biológica en 1994. Este sistema se reglamentó con la expedición del Decreto 2372 de 2010, que permitió́ establecer los criterios y fundamentos necesarios para la consolidación del Sinap y de esta manera aportar al logro de los objetivos de conservación del país, contribuyendo significativamente a la conservación de la diversidad biológica y cultural, la restauración y el uso sostenible, garantizando un aprovisionamiento de bienes y servicios ambientales indispensables para el desarrollo económico, social y ambiental de la nación.

Las áreas protegidas públicas de Colombia son declaradas y administradas por diferentes autoridades ambientales, en cabeza del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Parques Nacionales Naturales de Colombia y las Corporaciones Autónomas Regionales y de Desarrollo Sostenible, usando para ello una diversidad de categorías de manejo que orientan la gestión, las cuales contemplan un espectro amplio de manejo desde la preservación estricta, hasta la restauración y el uso sostenible.

En complemento, el país reconoce los esfuerzos de conservación en tierras privadas, a través del registro voluntario de Reservas Naturales de la Sociedad Civil, como áreas protegidas. A 2021 se cuenta con más de 31,5 millones de hectáreas de ecosistemas naturales protegidos, 16,6 % en territorio continental y 13,4 % de territorio marino de acuerdo con las cifras reportadas en el Registro Único Nacional de Áreas Protegidas – RUNAP, que evidencia la declaración de más de 1.300 áreas protegidas públicas y privadas.

Dado que el Sinap hace parte de una estrategia de conservación amplia que involucra al Estado y a los particulares en el logro de los objetivos nacionales de conservación, esta política contó en su elaboración con la participación de diferentes entidades públicas y cerca de 1.000 ciudadanos de todas las regiones del país que trabajan, viven y se relacionan permanentemente con las áreas protegidas. Al proceso fueron convocados los Sistemas Regionales de Áreas Protegidas, las instituciones públicas nacionales de todos los sectores productivos, la fuerza pública, el sector privado, las entidades territoriales, la academia, los institutos de investigación del Sistema Nacional Ambiental, las autoridades ambientales, las organizaciones sociales, los campesinos y las comunidades indígenas y afrocolombianas.

Con la implementación de estas acciones, el Gobierno Nacional reconoce la enorme riqueza en biodiversidad y sus contribuciones al desarrollo y al bienestar social, logrando compromisos en el más alto nivel de las entidades públicas nacionales, para concurrir en su efectiva conservación y en el mantenimiento a largo plazo de los beneficios que ella genera​

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